jueves, 29 de septiembre de 2011

Manifiesto de las Élites

¿Qué buscas, sucio humano?

Estoy harto de ti. Estoy harto de gente como tú. Me da asco ser parte de tu cobarde especie ¿Sabes por qué? porque nos tratan como si fuésemos iguales.

Nadie en este maldito mundo es igual a otro; empezando por la enorme diferencia entre el resto de los humanos y yo. No me siento un humano. Cuando veo humanos mediocres como tú, llegan a mis ojos imágenes de un animal inferior. De cualquier modo, los humanos también suelen ser ligeramente diferentes entre sí, así como los miembros de especies inferiores son diferentes entre sí. No hay nada que se pueda hacer.

No quieras con esto justificar u omitir las diferencias entre tú y yo. He dicho que los humanos suelen ser ligeramente diferentes entre sí. Yo soy la excepción, pues las diferencias entre tú y yo son titánicas.
Tú representas a las masas, a los humanos comunes y corrientes que no han logrado (y nunca lograrán) ser mejores de lo que ahora son, ni superar al promedio. Tú representas la categoría más baja y (desafortunadamente) más abundante de la especie humana.

El dios cristiano dijo sabiamente: "Muchos son los llamados, mas pocos los escogidos".

Si deseas que te lo explique:
Hay muchos humanos, pero tan sólo un reducido número logra ser mejor que los demás.

Gente como tú, fiel repetidora de conceptos extraños, me llama "elitista".
¡Maldición! No me pidas que me sienta culpable a causa de que me repetiste esa gastada palabra. No hay ninguna duda de que la escuchaste de alguien más, de alguien como tú, que pretende hundir a los seres superiores en su mismo hoyo.

Quisiera que pudieras comprender que no todos son iguales. Me pregunto por qué no puedes comprender algo tan simple como eso.
Te engañas para creerte igual o incluso superior a mí.

Por supuesto que soy elitista. No quiero contaminarme de tu mediocridad. No deseo empeorarme y quedarme atrás. No quiero empezar a ser como tú; por eso, soy muy cuidadoso al escoger a mis amigos. Mis estándares son altos, lo sé. No quieras cambiar eso. Yo me esforzaré y seré mejor, y no me importará si los lloriqueos y chillidos del vulgo quieren rebajarme.

Escribo esta carta con la vaga esperanza de que entiendas por qué te rechazo.
Entiendo lo que piensas.
De la misma manera, quisiera poderte pedir que entiendas lo que pienso, pero sé que no lo harás. Desafortunadamente, siempre haces pataletas cuando descubres que alguien es superior a ti o a los que te rodean.

El desear aires de grandeza es más fácil que trabajar por ser mejor.

Atentamente:
Tu Superior.