¡Jesús es el verdadero enemigo! ¡Satán es el verdadero aliado!
Pues, ¿Cómo puede un ser que humilla y pisotea a los que le alaban y le sirven ser considerado un amigo?
¿Cómo es que aquel que da libertad es considerado un enemigo?
¿Cómo podéis llamar “bueno” al “redentor” que disfruta psicóticamente de veros sufrir y deshaceros sin razón, aun hasta el polvo?
¿Cómo podéis llamar “malo” al padre de toda inteligencia y amor propio?
¿Por qué razón, oh, hipócritas, agradecéis empecinadamente a aquel que os arrebata todas vuestras pertenencias?
¿Por qué culpáis de vuestras desgracias a aquel “demonio” que os dirige hacie el triunfo?
¿Qué os lleva a poner en un pedestal al loco que delira y enseña que se debe poner la otra mejilla, y ser hollado por los pies de los débiles?
¡Un criminal de este tipo merece ser juzgado por delitos graves, y arrojado al manicomio sin ceremonia ni celebración!
¡Sus preceptos deben ser quemados, carbonizados y calcinados, sin gala alguna!
¿Qué progreso se ha hecho mediante el sufrimiento injustificado?
¿Qué logro se ha alcanzado con los preceptos del Gran Perdedor?
¿Qué belleza puede tener la corona de la incompetencia y la estupidez?
¿Qué cosa es digna de admiración de entre este amasijo de sinsentidos?
¡Ciertamente, aquel que exhorta a otros seres a vivir bajo pesada sumisión, y luego dice “venid los que estéis cargados, pues yo aliviaré vuestras cargas”, es el más grande hipócrita!
¡Ciertamente, aquél que llama a lo malo “bueno”, y a lo bueno lo llama “malo”, es un despreciable mentiroso que inculca en la gente visiones distorsionadas de la realidad!
¡Ciertamente, aquel que cree en los disparates de alguien así, está buscando un pretexto para no hacerse fuerte, quedándose en un estado de miseria, debilidad, mediocridad y necedad para siempre jamás!
¡Maldito aquél que se ha cegado, y no es capaz de contemplar la abundancia de sus alrededores!
¡Bendito aquel que usa sus ojos, pues ni la oscuridad ni las sombras lo engañarán!
¡Bendito aquél que huye de la miseria y trabaja para que sea cosa del pasado, pues será exitoso!
¡Malditos sean los débiles, pues serán esclavos y vasallos hasta el fin de sus días!
¡Benditos los fuertes, pues tendrán la grosura de la tierra y la vastedad del cosmos a su disposición hoy y por siempre!
Interesante tu entrega, aunque si le damos un aire de credibilidad a la mitología judeocristiana, yo me referiría a Lucifer no como un ángel sino como un dios. Yo no emplearía la palabra Satán pues no necesariamente se refiere a Lucifer, sino a cualquier enemigo de Jehová.
ResponderEliminarPor otra parte, en tus preguntas acusas a Jesús de humillar, pisotear, de mentiroso y de otras perlas, aunque no dices o sugieres la causa de tus acusaciones, salvo en la exclamación de "exhorta a otros seres a vivir bajo pesada sumisión..."
En general bastante prolijo en el buen uso del idioma y por ello te felicito.
Saludos cordiales,
Enrique Orellana
¡Gracias por responder! No me imaginé que alguien se pasaría por acá.
EliminarSé que el poema tiene algunos errores conceptuales; pero, creo yo, la esencia del mismo queda intacta.
Si el poema te agrada, puedes compartirlo; aunque, la verdad, no escribo con el propósito de agradarle a nadie.