"Con este gobierno no lograremos nada. Exigimos pan y justicia para todos."
"Yo soy un ciudadano que quiere un mejor país, y me voy a quejar."
"Hemos venido a protestar por las injusticias que se dan en esta nación."
Estos patéticos chillidos son muy típicos y propios de aquellos flojos que quieren que las cosas se les den peladas y en boca por papá gobierno. Parece que sólo saben quejarse y sólo saben pedir, en vez de poner manos a la obra.
Esto es comprensible, pues en nuestra naturaleza es inherente nuestro deseo primitivo de obtener el mayor beneficio con la menor carga de trabajo posible. Mucha gente sería feliz viviendo como los cerdos, que, en su asquerosa mediocridad, obtienen alimento de su amo sin trabajar.
Los cerdos quieren vivir, pero no tienen propósito alguno, sólo ocupar un espacio que bien podría ser ocupado por alguien más, y nadie lo notaría. Sus vidas sin significado no le importan a nadie, y sea que vivan o mueran, el mundo sigue girando, y a nadie le importará.
La mayoría de esos quejosos y llorones estarían en una mejor situación si se pusieran a trabajar y a aportar algo a este mundo. Esos llorones no son coherentes.
"El gobierno no nos da lo que necesitamos"
Yo tengo la solución: Si el jodido gobierno no nos da nada, obtengámoslo por nuestra propia cuenta.
- "Diosito, por favor, quiero ganar la lotería. Ya te lo he pedido muchas veces, y nunca me lo has concedido."
- "Pues, hijo, primero compra un puto billete de lotería y luego hablamos."
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